La sala de vistas de la calle Rosario Pino de Madrid acogió el encuentro de las dos facciones de la familia Ramírez de Haro, herederos y descendientes del difunto conde de Bornos. Fernando Ramírez de Haro, vendió al constructor Juan Miguel Villar Mir por más de cinco millones de euros para hacer frente a “una deuda importante”. “Era un momento grave y difícil para mí y vendí el cuadro, que era mío, todavía debo un pico al banco”,
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