Prestigiosos ginecólogos se declaran dispuestos a desobedecer la ley del aborto de Gallardón, si llega a aprobarse Los psiquiatras denuncian que se les obligará a mentir, realizando un diagnóstico imposible, o a negar a la mujer su derecho a decidir. Cualquier ciudadano podría denunciar a los profesionales implicados, que se arriesgarían a penas de entre uno y tres años de cárcel y de entre uno y seis de inhabilitación especial.
A ver sí es verdad aunque mejor que no lo tengan que hacer porque no se lleve adelante esa ley.
En el cuerpo de uno decide uno, no el estado, sus burócratas o los talibanes religiosos.
Esos les pasa por querer dar una pátina científica a sus creencias, si en vez de ginecólogos y psiquiatras hubieran puesto a curas, como Dios manda, otro gallo les hubiera cantado
Y luego, la mujer que aborte acogiéndose a un supuesto de problemas de salud mental, puede tener problemas en el futuro, en casos de divorcios, por poner un ejemplo.
"Yo pienso seguir haciendo todos los abortos de las mujeres que me lo pidan. No me preocupan las que puedan viajar fuera, sino la mayoría que no va a poder hacerlo porque no tendrá medios económicos. No sé si volveré a realizar abortos clandestinos en las casas o venderé pastillas, ya veré, pero que sepan que por mi parte van a tener una campaña de desobediencia ante esta ley", sentencia el doctor Carbonell. Fernández, en cambio, no quiere plantearse aún de qué forma llevaría a cabo esa insumisión. "Eso significaría resignarse y admitir que va a salir adelante, y yo voy a pelear con uñas y dientes para que no llegue a aprobarse", explica.
Es de agradecer que haya profesionales que hablen alto y claro sobre esta ley de reproducción obligada gubernamental.
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A ver sí es verdad aunque mejor que no lo tengan que hacer porque no se lleve adelante esa ley.
En el cuerpo de uno decide uno, no el estado, sus burócratas o los talibanes religiosos.
Esos les pasa por querer dar una pátina científica a sus creencias, si en vez de ginecólogos y psiquiatras hubieran puesto a curas, como Dios manda, otro gallo les hubiera cantado
Y luego, la mujer que aborte acogiéndose a un supuesto de problemas de salud mental, puede tener problemas en el futuro, en casos de divorcios, por poner un ejemplo.
"Yo pienso seguir haciendo todos los abortos de las mujeres que me lo pidan. No me preocupan las que puedan viajar fuera, sino la mayoría que no va a poder hacerlo porque no tendrá medios económicos. No sé si volveré a realizar abortos clandestinos en las casas o venderé pastillas, ya veré, pero que sepan que por mi parte van a tener una campaña de desobediencia ante esta ley", sentencia el doctor Carbonell. Fernández, en cambio, no quiere plantearse aún de qué forma llevaría a cabo esa insumisión. "Eso significaría resignarse y admitir que va a salir adelante, y yo voy a pelear con uñas y dientes para que no llegue a aprobarse", explica.
Es de agradecer que haya profesionales que hablen alto y claro sobre esta ley de reproducción obligada gubernamental.
Muchas gracias.