Que recuerdos me traen estas imágenes de mi infancia. De pequeño quería tener mi propia habitación secreta donde jugar, esconderme… pero al final siempre me conformaba con hacerme un fuerte de sábanas. Dejando atrás sueños perdidos, no estaría mal tener una de éstas en el futuro ya que son inapreciables al ojo humano y pueden servir como habitaciones del pánico, cajas fuertes o simplemente un lugar donde esconderte cuando quieres que la parienta no te moleste.
Comentarios
Una buena colección de escondrijos
La 16-17 se nota un poco, pero claro por que lo sabes, las hay muy chulas, que no te encuentra hay ni el tato.
Chulo.
Noticia relacionada en Menéame: http://www.nytimes.com/2006/10/05/garden/05hidden.html?pagewanted=1&ei=5090&en=0fc4a05861b975fa&ex=1317700800&partner=rssuserland&emc=rss
Me han entrado ganas de ver una peli de esas con mansiones y entradas secretas.