La ejecución de dos nigerianos reanudó las ejecuciones, que son siempre por fusilamiento, y amparadas por el Tribunal Constitucional. Indonesia no se salta ninguna ley en las ejecuciones y completa todas las instancias legales antes de proceder, pero tampoco concede prácticamente ningún indulto. La drogadicción es una plaga que afecta a 18 millones de personas en el país, por lo que sus leyes antidroga son de las más duras del mundo. El artículo original, traducido en el comentario 1, es del NY Times, pero no me deja enlazarlo.
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TRADUCCION DEL ARTICULO
SE REINICIAN LAS EJECUCIONES EN INDONESIA POR TRAFICO DE DROGAS
JAKARTA, Indonesia – Este país ha reiniciado las ejecuciones por casos serios de tráfico de drogas tras cuatro años de interrupción, y el fiscal general ha advertido a los condenados que sus ejecuciones podrían acelerarse a partir de ahora.
El reinicio llega a continuación de la decisión del Tribunal Constitucional indonesio el año pasado que suspendió la pena de muerte en estos casos.
Dos nigerianos condenados por trafico de drogas fueron los primeros en ser ejecutados después del largo intervalo. Los dos, Samuel Iwachekwu y Hansen Anthony Nwaliosa, murieron el pasado 26 de junio.
Todas las ejecuciones en Indonesia son por fusilamiento. Se lleva a los prisioneros a un campo donde se les para ante un pelotón de doce hombres armados, cada uno de los cuales dispara un tiro al pecho. Si la salva no mata al prisionero, hay un oficial al mando que da un tiro de gracia en la cabeza.
Aunque Indonesia es conocida por tener algunos de los castigos más estrictos por tráfico de drogas, Kathryn Duff, una representante de Amnistía Internacional, dice que el país no es “el típico ejecutor entusiasta”.
De hecho, Indonesia suspendió las ejecuciones mientras el tribunal revisaba el caso constitucional, y no había ejecutado a ningún traficante en los dos años anteriores mientras los condenados tramitaban apelaciones y peticiones de clemencia, según A.H. Ritonga, un fiscal.
El señor Ritonga dijo que las declaraciones del mes pasado del fiscal general Hendarman Supandji, sobre la aceleración de las ejecuciones, no significaba necesariamente que los 58 prisioneros condenados por tráfico de drogas fuesen a ser ejecutados rápidamente. “Las ejecuciones se harán siempre de acuerdo a la ley, una vez que se hayan agotado sus posibles ejecuciones. Y también pueden solicitar clemencia”.
De todas formas, el presidente Susilo Bambang Yudhoyono dijo que no concedería dichas clemencias.
El uso de la pena de muerte ha sido desafiado por tres australianos condenados a muerte tras un intento de contrabando de heroína en la isla turística de Bali, y por dos indonesios. En octubre pasado, el Tribunal Constitucional decidió que una modificación constitucional a favor del derecho a la vida no se aplicaba a las penas de muerte. El tribunal añadió que el derecho a la vida tiene que ser compensado con los derechos de las víctimas del tráfico de drogas.
Indonesia ejecutó a los dos nigerianos en el Día Internacional contra el Abuso de Drogas y su Tráfico Ilícito, como mensaje a aquellos que trafican con drogas en el país.
Indonesia se enfrenta a una epidemia de drogadicción. La población de 238 de personas incluye a 18 millones de adictos, según datos del Ministerio de Sanidad.
Hay 112 delincuentes condenados a muerte. Siete han agotado sus apelaciones y podrían ser ejecutados pronto. Tres de ellos fueron condenados en el juicio por la bomba de Bali del 2002 que mató a 202 personas, según la fiscalía. Otros dieciocho prisioneros han pedido clemencia.
Indonesia ejecutó solamente a tres prisioneros en el 2006, el año antes de que se presentara el recurso de inconstitucionalidad. Para comparar, según Amnistía Internacional, China ejecutó ese año a más de mil presos. Irán a 177, y Pakistán a 82. En Estados Unidos hubo 53 ejecuciones.
De todas formas, el presidente Yudhoyono ha sido un acérrimo defensor de la pena de muerte desde que accediese al cargo en 2004, otorgando indultos en muy rara ocasión.
Llevó a cabo las ejecuciones de tres hombres condenados por los ataques de milicias cristianas contra musulmanes, a pesar de las dudas de grupos de derechos humanos internacionales sobre si habían podido presentar todas las pruebas exculpatorias en su juicio.
Hasta ahora el señor Yudhoyono, un antiguo general, tampoco ha cedido a la presión de Australia para anular la condena de los tres australianos por intentar el contrabando de heroína.
Los tres tienen todavía derecho a una apelación más, y si esta no prospera, a pedir clemencia.
Traficar con heroina es muy degradante y degradador, stop; Indonesia tiene una cultura milenaria, stop; la droga mata stop.
la droga no mata, te matas tú tomándola.
y esos tres lo tienen muuuuy chungo...