Hace 11 años | Por pablicius a lefigaro.fr
Publicado hace 11 años por pablicius a lefigaro.fr

Dos años después de la catástrofe de Fukushima, solo dos de cincuenta reactores funcionan en Japón. La factura energética se dispara: las importaciones subieron 35% para el gas natural, y 55% en petróleo. La electricidad ha subido entre el 10 y el 17% en Japón desde 2011, y el país está en déficit comercial por primera vez en treinta años. A pesar del rechazo popular (70%), el nuevo primer ministro cancela el programa de cierres definitivos, y propone estudiar la seguridad de los reactores caso por caso. Traducción en comentario 1.

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pablicius

JAPON ORGANIZA SU REGRESO A LA ENERGIA NUCLEAR

Dos años tras el tsunami del 11 de marzo de 2011, que provocó la catástrofe nuclear de Fukushima, la política energética del archipiélago sigue sumida en la incertidumbre. Y con ella el futuro de las nucleares japonesas, ya que la factura petrolera y gasística se disparan.

Por tanto, tras el retono en diciembre del Partido Liberal Demócrata (PLD), tras un paréntesis de cuatro años, el abandono de la nuclear ya no está oficialmente en la agenda. El nuevo primer ministro, Shinzo Abe, anunció que revisaría el límite establecido por su predecesor, Yoshihiko Noda, de parar definitivamente las últimas centrales en el horizonte de 2030-2040.

De cincuenta y cuatro reactores que suministraban aproximadamente un cuarto de la electricidad consumida en el país antes del “gran seísmo”, los cuatro de Fukushima-Daiichi están definitivamente fuera de servicio. Los cincuenta restantes se habían acabado por parar todos para programas de mantenimiento. El verano pasado el gobierno de Noda, con el acuerdo de las prefecturas regionales, autorizó la reactivación de los reactores en la central de Ohi, en la costa Oeste.

“Reactivaremos los reactores cuando la nueva autoridad independiente (NRA) confirme que son seguros”, declaró el 28 de febrero Shinzo Abe ante el parlamento. Preguntado esta semana en París, el presidente del grupo nuclear Areva, Luc Oursel, se atrevió a pronosticar que hay “media docena” de reactores susceptibles de ser arrancados este año. “Nos es imposible prever cuantos reactores podrán reiniciar este año”, contestó a pregunta de AFP la propia NRA. El primer ministro ha dado seis meses a la autoridad para dictar las nuevas reglas de seguridad. Los nuevos mayores requerimientos podrían conllevar el cierre definitivo de un tercio de los reactores, según otra previsión del jefe de Areva. Con una eventual luz verde de la NRA, habría que, caso por caso, ir obteniendo el acuerdo de las autoridades locales, dice el responsable de la autoridad nuclear citado por AFP.

La confianza del pueblo japonés en las nucleares se ha perdido, como confirma Luc Oursel. Una novedad: el estado japonés prevé el retorno de población desplazada a una parte de la zona de exclusión (ver mapa) en unos cuantos meses. Lo que cambiaría la percepción de la catástrofe en comparación con la de Chernobyl, y su perímetro todavía prohibido tras un cuarto de siglo. Por ahora, según una encuesta citada por Reuters, el 70% de los japoneses apoyan un abandono de las nucleares.

Por su parte, en medios industriales, no se imaginan como resolver la ecuación energética del archipiélago sin conservar un mínimo de electricidad nuclear en las próximas décadas. El cierre de las nucleares ha conllevado un aumento de las importaciones de gas natural licuado del 35% entre 2011 y 2012. El consumo de petróleo destinado a las térmicas se ha disparado en un 55%. Resultado: en el 2011, a pesar de los drásticos esfuerzos en reducir el consumo de energía, Japón se anotó su primer déficit comercial en treinta años. La factura eléctrica presentada por Tepco, la empresa eléctrica que explotaba la central de Fukushima, aumentó un 17% para las empresas y un 10% para los hogares.

El primer ministro Abe se ha dado tres años para establecer, caso por caso, la reactivación o no de los reactores. Mientras tanto, el ministro de industria ha recibido el encargo de establecer la nueva política energética del país, de aquí a final de año. En el país del sol naciente, la incertidumbre para empresas y particulares todavía va a durar.

Feindesland

No pueden cerrar las centrales.

No van a cerrarlas.

Lo sabíamos todos hace años.

Ramanutha

Japón es uno de los pioneros en cubrir tejados de las viviendas con paneles fotovoltaicos; en este momento debería tener unas subvenciones importantes para que se extendiera este sistema todo lo posible.

Además, Japón siendo un conjunto de islas, debería estar fomentando el aprovechamiento de las mareas para producir electricidad, y si quisiera podría prescindir de las nucleares en muy poco tiempo.