Tras oír, durante días y días en discotecas, bares y coches tuneados con potentes equipos de audio, actos vandálicos contra los oídos del personal, y en especial contra los míos que son los que más me importan, yo llego a la conclusión de que el Reggaeton bueno no puede ser. Esas canciones contienen una mezcla de ritmos malsonantes y un sinfín de frases mal rimadas que me llevan, como dice la canción, a desesperar. Es el mal gusto glorificado y convertido en composición musical.
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