Publicado hace 11 años por albert38 a lluisronda.blogspot.com.es

La tecnocracia y su burocracia han sustituido a la democracia y ésta se ha degradado, por esta razón la política ya se interpreta como el conjunto de medios, promesas y actos viles con el fin de conquistar el poder y mantenerlo ... esa es la astucia de la selva.

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NADA

a

Observamos pues, como los promotores de todo esto, estos magnates del imperio del negocio, esta oligarquía "de intocables" y su poder, consiguen marcar las pautas de toda política a nivel mundial en nombre de la "democracia":


- La acción política ya no viene dada por principios ideológicos, sino por los resultados de estadísticas en una sociedad de masas aleccionada mediáticamente, degradando así el sistema de ideas que da cuerpo a la democracia.

- Los grandes problemas de la humanidad son solapados con pequeñas cuestiones morales y éticas en nombre de una superficialidad políticamente interesada.

- El individualismo y la competitividad inmoral son considerados símbolos de éxito y progreso.

- Se monetiza todo ámbito. La naturaleza y el resto de mortales somos considerados objetos de negocio víctimas de las intenciones y los intereses proyectados por estos delincuentes o líderes mundiales. El negocio se convierte centro político.

- La diversidad de pueblos y culturas son despojados de sus derechos y convertidos folklore ornamental de la cultura dominante en nombre de la igualdad, la libertad, la paz, la democracia y, sobre todo, la unicidad de los estados con su conjunto de ingenuos "individuos "que creen estar investidos de poder.

- El bien común se abstrae de la naturaleza y es sinónimo únicamente de bienes materiales sumados individualmente. Los estados pierden la sus propia soberanía en favor de fuerzas supraestatales (transnacionales, bancos) las cuales controlan su dinámica económica a través de los verdaderos "dueños" del mundo: el capitalismo y sus tecnócratas ...

En fin, la economía siempre ha sido uno de los pilares esenciales de la política, pero este pilar hasta ahora había intentado estar subordinado a su ética y moral ideológica, siendo este aspecto garante de la justa medida en todo negocio humano relacionado con el respeto y la estima por la vida.

Hoy no es así, sino todo lo contrario.

¿Qué podemos esperar?