Srebenica, la conocida como ciudad de plata, acogió a cerca de 60.000 personas que huían de las campañas de limpieza étnica y traslado forzoso del Ejército serbiobosnio, bautizado como República Srpska. Todos ellos buscaban protección en la "zona segura" designada por la ONU y resguardada por un pequeño batallón de cascos azules holandeses, pero la promesa de seguridad se rompió cuando las tropas enemigas cercaron el enclave. En apenas seis días, más de 8.000 hombres y niños musulmanes bosnios fueron asesinados sistemáticamente.