La supercomputación se encuentra inmersa en una carrera imparable por elevar su potencia de cálculo, hasta el punto de que ya se ha alcanzado el petaflop o, dicho de otra manera, los mil billones de operaciones por segundo. El supercomputador que ha alcanzado semejante potencia hace honor a su nombre, el Roadrunner, es decir, el Correcaminos. Pero la sed de potencia de cálculo no se acaba ahí: el Barcelona Supercomputing Center (BSC) quiere poner en marcha en 2011 un superordenador que alcance los 10 petaflops. Y la carrera promete continuar…