Reflexiones sobre la necesidad de frenar la moda de los nombres vejatorios, ridículos o desopilantes. Muchos padres bautizan a sus hijos con nombres exóticos al creer que de esta manera obtendrán el éxito que acompaña a los paradigmas de nombres extranjeros que ven en la televisión. Contrariamente a lo pretendido, los nombres atípicos no solo señalan una pertenencia social específica, sino que pueden también contribuir a deprimir las oportunidades laborales y por ende a afianzar las brechas sociales.
Comentarios
#1 No tan gilipollez. Hay nombres que marcan. Si te dicen que alguien se llama, pongamos, Jennifer o Jonathan, seguro que te haces una imagen mental del sujeto bastante determinada (que luego puede confirmarse o desmentirse, of course).
#5 De hecho, si te dicen: "He visto a una panda de Yenis y Yonatangs en el parque, haciendo...." te haces una idea exacta y precisa del tipo de personas de las que te están hablando, una panda de canis de esos...
¿Cómo se llama usted?
Pe - pe - pe - pe - pe - pe - pe - pedro.
Ah! Es usted tartamudo!
No, yo no. El que era tartamudo era mi padre. Y el funcionario del registro civil era un hijo de la gran puta
#1 Si has superado la infancia con semejantes nombres ya estas preparado para cualquier cosa.
Dice el artículo hablando de la ley en Dinamarca:
"La Ley de Nombres Personales -explica el informe- fue dictada para proteger a los inocentes, aquellos niños que reciben la carga inmerecida e incluso cruel de nombres absurdos o idiotas".
Es que hay padres capaces de llamar Semen a su hijo. Ya ve usted.
Y eso sin mencionar los que no saben escribir un nombre extranjero, como Jhon o Yeremi y que convierten a sus hijos en invisibles civilmente (por no aparecer fácilmente en listas) como menciona el artículo.
Definitivamente, un artículo muy recomendable y sobre el que reflexionar.
ES buenísimo el artículo. Muy muy interesante, de verdad. Y yo reconozco, que como a todo el mundo, si pienso e un Joshua (sin verle ni saber nada más de él) pienso en un cani con chándal blanco , litrona, y muchos oros. Me consuela saber que es un prejuicio generalizado y no sólo mío.
Ahora tengo que pensar un poco más detenidamente si debo ponerle un nombre mallorquín o catalán a mi hijo/a que nacerá y vivirá en Andalucía...
Me parece necesario proteger a los niños de las idas de olla de sus padres.
Conclusión: Dionisios, Saturninos, Darynellys etc etc... suicidaros a los 18 años puesto que según esto seréis unos fracasados toda la vida.
¡Vaya gilipollez!
Y lo glamuroso que queda eso de Kevin Cosner del Jesús
Yo conozco a un "Jilary" y otra "Carolain" y a un "maikel" tal que así mismo escritos y pronunciados, la verdad si quieren poner nombres ingleses a los niños que al menos los escriban bien porque da pena.