Cualquier niño o adulto con un endémico síndrome de Peter Pan en las venas, soñaría con tener una casita como esta para refugiarse y darle a la fantasía cuando la monotonía de la realidad aburre. En la ciudad japonesa de Okinawa, han hecho realidad el sueño construyendo una bella casita encima del árbol. La diferencia estriba en que esta casita no está dedicada para Bart Simpsons en potencia sino para todo aquél que quiera satisfacer su estómago en un curioso restaurante japonés.
Comentarios
#1 Si lo están, cuando te traigan la cuenta vete por las ramas
Qué caña! Espero que los precios no estén por las nubes, jaja!
Y si le pago en gominolas y pasteles? Peter Pan no conocía el dinero, no?... Tengo ahora muchas versiones en la cabeza y las mezclo, pero diría que no lo conocían...
muy buena noticia