- Voy un segundo a la farmacia y ahora vuelvo. Le dejo aquí las cosas. La usuaria bajó del taxi sólo con su monedero y marchó corriendo a la farmacia. Instantes después, desde las tripas de su bolso, comenzó a sonar un teléfono móvil. En cualquier otra circunstancia lo habría dejado estar, pero ya eran las nueve de la noche y aún me encontraba seco de anécdotas para este blog. Corroído por la ausencia de musas metí la mano en su bolso, saqué el teléfono y descolgué.
Comentarios
Espero que sea un relato inventado...
Nunca me fío de la gente que regala medio corazón en un llavero .
O se regala entero o no hay nada que hacer
Buen relato
Nunca se me ocurriría descolgar un móvil ajeno, es como la correspondencia que es privada. Tengo estado en casa de amigos y ponerse a sonar un móvil y nadie lo descuelga.