Hace 10 años | Por --354522-- a eldiario.es
Publicado hace 10 años por --354522-- a eldiario.es

La “cerrazón” de una administración pública – o sea, que los funcionarios tengan unas condiciones laborales distintas a los trabajadores del sector privado (algo que nos han intentado vender durante décadas como el elixir de la imparcialidad y la poción mágica contra el clientelismo político) – no tiene un efecto positivo sobre la calidad de gobierno. De hecho, si acaso, tiene un efecto negativo: cuanto más cerrada una administración, peor es la calidad de gobierno.

Comentarios

conversador

Una pregunta que "se contesta sola" quitando los signos de interrogación

D

Excelente artículo. Nuestras instituciones fallan por los dos lados: tanto por el de los políticos, como por el de los funcionarios.

En resumen, tener una burocracia meritocrática importa mucho para entender la calidad de gobierno en un país. Pero, al mismo tiempo, una burocracia meritocrática no significa que los empleados públicos deban ser reclutados a través de unos sistemas de oposiciones formalizados y que, una vez, dentro, tengan unas condiciones laborales diferentes a los trabajadores del sector privado.

N

"Excelente artículo" "Una pregunta que "se contesta sola" quitando..." Cuanta pedantería neoliberal.
Después de las nubes toxicas de "Gibraltar español" y de la independencia de Catalunya, y tras los fracasos olímpicos y de eurovegas, ahora salta al cuadrilatero la responsabilidad de las "especiales condiciones laborales de los funcionarios" como nueva “cabeza de turco” del intento de ocultar el desastre ético-político de este país de chorizos públicos y privados. Gráficos aparte, que no todo grafico por muy explicativo que parezca hace cierto lo que expone, el escrito refleja una opinión más dentro del maremágnum de opinadores que intentan ocultar la obviedad tras sus aparentemente sesudas elucubraciones.