Estabas enamorada. Sentías que desvanecías cuando él estaba a tu lado y te asfixiabas cuando te faltaba. Te enamoraste de él e imaginabas que cada momento juntos en el futuro sería inolvidable, cada sonrisa, cada amanecer y cada atardecer, cada comida juntos, cada viaje, cada película en el sofá, cada celebración... Pero un día llegó la primera discusión y él te insultó. Más tarde, te pidió disculpas y tú le perdonaste. Poco a poco las disputas se hicieron cada vez más continuas y más dolorosos los insultos soportados...
Comentarios
Siempre que alguien me cuenta acerca de sus relaciones me miro a mi mismo y a la relación que tengo yo actualmente y pienso: ¿Porqué esto no me pasa a mi?
Fácil: porque yo me quiero mas que a la otra persona. No me permito desvanecerme cuando él está a mi lado, ni me asfixio cuando me falta. Puedo enamorarme, si, pero mas enamorado estoy de mi mismo, de ser como soy sin llegar al egocentrismo en ningún momento, sin llegar a creer que soy el centro de todo. Es simplemente saber que estoy aquí, que yo también tengo una razón de ser y estar y que no pienso permitir que nadie me anule de ninguna de las maneras.
Pues esta misma cantinela le suelto a cada persona que me pregunta, ya ves.
Es cierto que es uno mismo quien termina permitiendo tal hecho pero tenemos que reflexionar algo más allá porque muchas mujeres han sido antes anuladas poco a poco. Se trata de un círculo vicioso del que es difícil salir cuando abres los ojos.
#2 Ya cansa el discurso victimista.
Es que realmente son víctimas de las vejaciones y del yugo de los maltratadores
#4 A eso me refiero.
Hay que educar a esos maltratadores en potencia y educar a esos niños pequeños que vivieron el maltrato que su madre sufría en silencio para que no repitan el comportamiento
#6 A mi no se me ocurririan ejemplos tan buenos.