Hoy por hoy la mujer sigue asumiendo un peso mayor en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. Además de este desequilibrio, muchas se siente presionadas socialmente para cumplir con unas expectativas que de llevarse a cabo las convertiría en superheroínas. Celeste Erlach, una mujer de Reino Unido, decidió escribirle una carta a su pareja en la que le confiesa que es incapaz de hacer frente a todas las tareas que había asumido y completarlo, además, como si no le costase un esfuerzo.
Comentarios
Hay una cosa estupenda que se llama divorcio.
#2 Antes mejor una separación, un divorcio es bastante complicado con hijos y es mejor dar una oportunidad última.
Ya empezamos mal cuando una persona comunica su infelicidad a su pareja por carta.
Y empeora cuando lo que pide a su marido es "ayuda" con la crianza de los hijos, cuando lo que tiene que haber es un reparto equitativo de las tareas, no una persona ayudando a otra que se hace cargo de todo.
Una de mis primas mandó a su pareja a tomar por saco precisamente por esto y antes de que la niña de ambos cumpliera el año: un bebé de tres meses y se va el señor a hacer snowboard una semana con los colegas, mi prima dándole de cenar y el padre fumando porritos con los colegas y jugando a la play... Y no es mal tío para nada, al contrario, lo que era un niñato víctima de la sociedad en la que nos hemos criado.
Bueno, pues hace poco tuvo otra hija con una segunda relación y le dijo a mi prima (su ex) que gracias por haberle hecho ver lo niñato y lo irresponsable que era, que piensa en lo que hacía con su primera hija y se le cae la cara de vergüenza.
Quizá la maría debería entender que algo está haciendo mal si no sabe hacer su trabajo. No, su pareja no tiene que "ayudarla" porque ella tampoco vá al curro de él a pasarle los informes a limpio.
En una familia en la que cada uno asume su rol, cada uno es responsable de su área. Si no es capaz, tendrá que ir a cursos, mirarse vídeos en youtube o trabajar más. Pero quejarse de que no es capaz de hacer sus tareas y esperar que las haga su compañero (que sí cumple con las suyas) es tener mucha caradura.
Del texto: Mi responsabilidad de alimentar a la familia, mantener la casa limpia y cuidar de los niños se asume, incluso sabiendo que yo voy a volver al trabajo (...) No estoy capacitada para el trabajo como los demás.