La historia de las grandes compañías siempre viene acompañada de pequeños errores, algunos de bulto. Este tuvo lugar a principios de 1990, momento en el que Coca-Cola decide lanzar la campaña MagiCan en Estados Unidos, que a su vez debía ser la punta de lanza de una promoción de verano. ¿En qué consistía? En esconder premios en efectivo que oscilaban entre 5 y 500 dólares (además de alguna golosina) dentro de 750 mil de los cientos de millones de latas que distribuyeron ese verano. Veamos el anuncio televisivo.
Comentarios
¡latas con olor a mierda! ¡que gozada!
Si no tienes muy buen olfato es un poco peligroso o al menos desagradable.
yeahhh por primera vez la publicidad huele a lo que realmente es