Me topé de pura casualidad con un caso clínico del siglo XIX que tiene como protagonista a un tipo que, en cuanto bebía unas cuantas copas de más, tenía la curiosa costumbre de intentar impresionar a sus allegados tragando grandes cantidades de navajas. Y, no, no me refiero al molusco con el mismo nombre, si no a las navajas menos aptas para el consumo humano: las que tienen hojas de acero y se pliegan sobre un mango de madera.
Comentarios
El terror de Ockham
No hay que tomarse la vida muy en serio porque nadie va a salir vivo de la vida como para poder contarlo.
Duplicada: El marinero que merendaba cuchillos y navajas (1799)
El marinero que merendaba cuchillos y navajas (179...
amazings.esSi difícil no es tragarse una navaja o difícil es cagarla.
Mirad mirad! Una navaja!
Mirad mirad! Otra!
Mirad mirad, una más!
Mirad mirad! Orjjhahjhhhggg.
(era el antecesor de los "pos yo si que me salto la cuarentena, me la suda")
Que cojones esperas tragandote una navaja?
..."y vivió para contarlo (aunque no mucho tiempo)" justo hasta cuando fue a cagar...
A este tipo de individuos en mnm les damos premio Darwin