Hay ciertas cosas en la vida que es mejor no probar si queremos tener suerte en lo que nos ocupa. No es bueno lanzarse desde una considerable altura si no se tienen los medios adecuados como tampoco es aconsejable cruzar una carretera transitada por coches. Eso son dos cosas de pura lógica, pero hay otra que no lo es tanto y que puede acarrear graves consecuencias: escoger número de teléfono.
Casualidad, que diría aquel. Pero deja de serlo cuando los dos siguientes poseedores de ese número fallecen también y de manera abrupta. El primero asesinado durante un tiroteo en el que ni la seguridad privada le puede ayudar y al segundo también lo mataron cuando salía de un restaurante.
Podían haberse currado un poco más la historia, no llega ni para ponerle un emoticono con papel de aluminio.
Comentarios
Yo tenía problemas con el 03 03 456, se la pasaba llamando una tal Rafaella Carrá
Casualidad, que diría aquel. Pero deja de serlo cuando los dos siguientes poseedores de ese número fallecen también y de manera abrupta. El primero asesinado durante un tiroteo en el que ni la seguridad privada le puede ayudar y al segundo también lo mataron cuando salía de un restaurante.
Podían haberse currado un poco más la historia, no llega ni para ponerle un emoticono con papel de aluminio.
#2 "ni para ponerle un emoticono con papel de aluminio."
Pues ya me has chafado...
No, yo entiendo que siempre que se diga "casualidad" con tonito, hay legitimidad para poner un gorro de papel de aluminio.
Salvo que sea el anuncio de Cárdenas, que entonces hay legitimidad para llamarle gilipollas.