Si nos comparamos con los animales domesticados y los salvajes, nos parecemos más a los primeros que a los segundos. La domesticación, tal y como normalmente la entendemos, conlleva la selección de individuos dóciles. Pero si nos fijamos con detalle, observamos que este proceso no solo afecta al comportamiento propiciando la mansedumbre sino que, además, tiene como resultado la aparición de características que también afectan al cuerpo.
Comentarios
¡Qué cojones sabrá el que ha escrito eso!
#1 #2 #3 Menudo gilipollas el del artículo y vosotros también.
Dejad de decir idioteces, payasos.
#4 ¡Anda y que te foll... un pez que la tiene fresca!
¡Vaya mierda de articulo! ¡Iros a tomar por culo! ¡yo no soy un antisocial! solo soy un poco borde, sobre todo cuando me tocan mucho los cojones
¡Y una mierda no voy a ser sociable!