La vuelta a la rutina tras las vacaciones supone un esfuerzo a nivel mental, pero también a físico. La falta de actividad durante periodos largos hace que perdamos agilidad y energía, lo que explica por qué tenemos la sensación de que todo nos cuesta el doble de esfuerzo una vez que retomamos el día a día. A esto hay que sumar el efecto que sobre nuestra piel y nuestro cuerpo han dejado los excesos veraniegos como las comidas copiosas, el cambio de horarios, el consumo de alcohol y las exposiciones continuadas al sol: kilos de más y signos...
Comentarios
Cerveza. Con sus raciones correspondientes, claro.
Soylent Green.
Ya estamos con las chorradas de los superalimentos.
Si quieres adelgazar, vete a un puto especialista, no sigas dietas de revistas.