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#2:
#1 "Hay pocas razones ostensibles para censurar a los críticos de la guerra en Ucrania. Estados Unidos no está en guerra con Rusia. No hay tropas estadounidenses luchando en Ucrania. Las críticas a la guerra en Ucrania no ponen en peligro nuestra seguridad nacional. No hay lazos culturales e históricos de larga duración con Ucrania, como los hay con Gran Bretaña. Pero si la guerra permanente, con un apoyo público potencialmente tenue, es el objetivo principal, la censura tiene sentido.
La guerra es el principal negocio del imperio estadounidense y la base de la economía de Estados Unidos. Los dos partidos políticos gobernantes perpetúan servilmente la guerra permanente, al igual que los programas de austeridad, los acuerdos comerciales, el virtual boicot fiscal a las corporaciones y a los ricos, la vigilancia gubernamental al por mayor, la militarización de la policía y el mantenimiento del mayor sistema penitenciario del mundo. Se inclinan ante los dictados de los militaristas, que han creado un Estado dentro del Estado. Este militarismo, como escribe Seymour Melman en The Permanent War Economy: American Capitalism in Decline, "es fundamentalmente contradictorio con la formación de una nueva economía política basada en la democracia, en lugar de la jerarquía, en el lugar de trabajo y en el resto de la sociedad."
"La idea de que la economía de guerra trae prosperidad se ha convertido en algo más que una ilusión estadounidense", escribe Melman. "Cuando se convierte, como ha sido, en una ideología que justifica la militarización de la sociedad y el envilecimiento moral, como en Vietnam, entonces la reevaluación crítica de esa ilusión es una cuestión urgente. Es una responsabilidad primordial de las personas reflexivas y comprometidas con los valores humanos afrontar y responder a la perspectiva de que el deterioro de la economía y la sociedad estadounidenses, debido a los estragos de la economía de guerra, puede llegar a ser irreversible".
Si se quiere detener la guerra permanente, como escribe Melman, hay que acabar con el control ideológico de la industria bélica. Hay que acabar con la financiación de los políticos, los centros de investigación y los grupos de reflexión por parte de la industria bélica, así como con su dominio de los monopolios mediáticos. El público debe ser consciente, escribe Melman, de cómo el gobierno federal "se sostiene como la dirección del mayor imperio industrial corporativo del mundo; cómo la economía de guerra se organiza y opera en paralelo con el poder político centralizado - a menudo contradiciendo las leyes del Congreso y la propia Constitución; cómo la dirección de la economía de guerra convierte el sentimiento pro-paz de la población en mayorías pro-militaristas en el Congreso; cómo se manipula la ideología y el miedo a la pérdida de puestos de trabajo para conseguir el apoyo del Congreso y del público en general a la economía de guerra; cómo la dirección de la economía de guerra utiliza su poder para impedir la planificación de una conversión ordenada a una economía de paz. "
El militarismo desenfrenado y sin control, como señala el historiador Arnold Toynbee, "ha sido, con mucho, la causa más común del desmoronamiento de las civilizaciones". "
La guerra es el principal negocio del imperio estadounidense y la base de la economía de Estados Unidos. Los dos partidos políticos gobernantes perpetúan servilmente la guerra permanente, al igual que los programas de austeridad, los acuerdos comerciales, el virtual boicot fiscal a las corporaciones y a los ricos, la vigilancia gubernamental al por mayor, la militarización de la policía y el mantenimiento del mayor sistema penitenciario del mundo. Se inclinan ante los dictados de los militaristas, que han creado un Estado dentro del Estado. Este militarismo, como escribe Seymour Melman en The Permanent War Economy: American Capitalism in Decline, "es fundamentalmente contradictorio con la formación de una nueva economía política basada en la democracia, en lugar de la jerarquía, en el lugar de trabajo y en el resto de la sociedad."
"La idea de que la economía de guerra trae prosperidad se ha convertido en algo más que una ilusión estadounidense", escribe Melman. "Cuando se convierte, como ha sido, en una ideología que justifica la militarización de la sociedad y el envilecimiento moral, como en Vietnam, entonces la reevaluación crítica de esa ilusión es una cuestión urgente. Es una responsabilidad primordial de las personas reflexivas y comprometidas con los valores humanos afrontar y responder a la perspectiva de que el deterioro de la economía y la sociedad estadounidenses, debido a los estragos de la economía de guerra, puede llegar a ser irreversible".
Si se quiere detener la guerra permanente, como escribe Melman, hay que acabar con el control ideológico de la industria bélica. Hay que acabar con la financiación de los políticos, los centros de investigación y los grupos de reflexión por parte de la industria bélica, así como con su dominio de los monopolios mediáticos. El público debe ser consciente, escribe Melman, de cómo el gobierno federal "se sostiene como la dirección del mayor imperio industrial corporativo del mundo; cómo la economía de guerra se organiza y opera en paralelo con el poder político centralizado - a menudo contradiciendo las leyes del Congreso y la propia Constitución; cómo la dirección de la economía de guerra convierte el sentimiento pro-paz de la población en mayorías pro-militaristas en el Congreso; cómo se manipula la ideología y el miedo a la pérdida de puestos de trabajo para conseguir el apoyo del Congreso y del público en general a la economía de guerra; cómo la dirección de la economía de guerra utiliza su poder para impedir la planificación de una conversión ordenada a una economía de paz. "
El militarismo desenfrenado y sin control, como señala el historiador Arnold Toynbee, "ha sido, con mucho, la causa más común del desmoronamiento de las civilizaciones". "
#4:
#2 Este colapso se acelera por la rígida estandarización y uniformidad del discurso público. La manipulación de la opinión pública, lo que Walter Lippman llama "la fabricación del consentimiento", es imperativa mientras los militaristas destripan los programas sociales; dejan que la infraestructura de la nación se desmorone; se niegan a aumentar el salario mínimo; sostienen un sistema de salud inepto y mercenario con fines de lucro que provocó el 25 por ciento de las muertes globales de Covid -aunque somos menos del 5 por ciento de la población mundial- para engullir al público; llevan a cabo la desindustrialización; no hacen nada para frenar el comportamiento depredador de los bancos y las corporaciones ni invierten en programas sustanciales para combatir la crisis climática.
Los críticos, ya excluidos de los medios de comunicación corporativos, son implacablemente atacados, desacreditados y silenciados por decir una verdad que amenaza la quietud del público mientras el Tesoro de Estados Unidos es saqueado por la industria de la guerra y la nación destripada.
Puedes ver mi discusión con Matt Taibbi sobre la podredumbre que infecta el periodismo aquí y aquí.
La industria bélica, endiosada por los medios de comunicación de masas, incluida la industria del entretenimiento, nunca rinde cuentas por los fiascos militares, los sobrecostes, los sistemas de armamento inútiles y el despilfarro. No importa cuántos desastres -desde Vietnam hasta Afganistán- orquesten, reciben cantidades cada vez mayores de fondos federales, casi la mitad de todo el gasto discrecional del gobierno. La monopolización del capital por parte de los militares ha hecho que la deuda de Estados Unidos supere los 30 billones de dólares, 6 billones más que el PIB de Estados Unidos, que es de 24 billones. El servicio de esta deuda cuesta 300.000 millones de dólares al año. Gastamos más en el ejército, 813.000 millones de dólares para el año fiscal 2023, que los siguientes nueve países, incluidos China y Rusia, juntos.
Una organización como NewsGuard, que ha estado clasificando lo que dice que son sitios confiables y no confiables en base a su información sobre Ucrania, es una de las muchas herramientas de adoctrinamiento de la industria de la guerra. Los sitios que plantean lo que se considera afirmaciones "falsas" sobre Ucrania, incluyendo que hubo un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en 2014 y que las fuerzas neonazis forman parte de la estructura militar y de poder de Ucrania, son etiquetados como poco fiables. Consortium News, Daily Kos, Mint Press y Grayzone han recibido una etiqueta de advertencia roja. Los sitios que no plantean estas cuestiones, como la CNN, reciben la calificación "verde" de verdad y credibilidad. (NewsGuard, tras ser muy criticado por dar a Fox News una calificación verde de aprobación en julio, revisó su calificación para Fox News y MSNBC, dándoles etiquetas rojas).
Los críticos, ya excluidos de los medios de comunicación corporativos, son implacablemente atacados, desacreditados y silenciados por decir una verdad que amenaza la quietud del público mientras el Tesoro de Estados Unidos es saqueado por la industria de la guerra y la nación destripada.
Puedes ver mi discusión con Matt Taibbi sobre la podredumbre que infecta el periodismo aquí y aquí.
La industria bélica, endiosada por los medios de comunicación de masas, incluida la industria del entretenimiento, nunca rinde cuentas por los fiascos militares, los sobrecostes, los sistemas de armamento inútiles y el despilfarro. No importa cuántos desastres -desde Vietnam hasta Afganistán- orquesten, reciben cantidades cada vez mayores de fondos federales, casi la mitad de todo el gasto discrecional del gobierno. La monopolización del capital por parte de los militares ha hecho que la deuda de Estados Unidos supere los 30 billones de dólares, 6 billones más que el PIB de Estados Unidos, que es de 24 billones. El servicio de esta deuda cuesta 300.000 millones de dólares al año. Gastamos más en el ejército, 813.000 millones de dólares para el año fiscal 2023, que los siguientes nueve países, incluidos China y Rusia, juntos.
Una organización como NewsGuard, que ha estado clasificando lo que dice que son sitios confiables y no confiables en base a su información sobre Ucrania, es una de las muchas herramientas de adoctrinamiento de la industria de la guerra. Los sitios que plantean lo que se considera afirmaciones "falsas" sobre Ucrania, incluyendo que hubo un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en 2014 y que las fuerzas neonazis forman parte de la estructura militar y de poder de Ucrania, son etiquetados como poco fiables. Consortium News, Daily Kos, Mint Press y Grayzone han recibido una etiqueta de advertencia roja. Los sitios que no plantean estas cuestiones, como la CNN, reciben la calificación "verde" de verdad y credibilidad. (NewsGuard, tras ser muy criticado por dar a Fox News una calificación verde de aprobación en julio, revisó su calificación para Fox News y MSNBC, dándoles etiquetas rojas).
Comentarios
Muy bueno. Traducción de Deepl:
"Nadie, ni siquiera los partidarios más optimistas de Ucrania, espera que la guerra del país con Rusia termine pronto. Los combates se han reducido a duelos de artillería a lo largo de cientos de kilómetros de líneas del frente y a avances y retrocesos sigilosos. Ucrania, como Afganistán, sangrará durante mucho tiempo. Esto es por diseño.
El 24 de agosto, la administración Biden anunció otro paquete masivo de ayuda militar a Ucrania por valor de casi 3.000 millones de dólares. Este equipo militar tardará meses, y en algunos casos años, en llegar a Ucrania. En otra señal de que Washington asume que el conflicto será una larga guerra de desgaste, dará un nombre a la misión de asistencia militar de Estados Unidos en Ucrania y la convertirá en un mando independiente supervisado por un general de dos o tres estrellas. Desde agosto de 2021, Biden ha aprobado más de 8.000 millones de dólares en transferencias de armas de los arsenales existentes, conocidas como retiradas, para ser enviadas a Ucrania, que no requieren la aprobación del Congreso.
Incluyendo la ayuda humanitaria, la reposición de los agotados stocks de armas de Estados Unidos y la ampliación de la presencia de tropas estadounidenses en Europa, el Congreso ha aprobado más de 53.600 millones de dólares (13.600 millones en marzo y otros 40.100 millones en mayo) desde la invasión rusa del 24 de febrero. La guerra tiene prioridad sobre las amenazas existenciales más graves a las que nos enfrentamos. El presupuesto propuesto para los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en el año fiscal 2023 es de 10.675 millones de dólares, mientras que el presupuesto propuesto para la Agencia de Protección Ambiental (EPA) es de 11.881 millones de dólares. Nuestra ayuda aprobada para Ucrania es más del doble de estas cantidades.
Los militaristas que han librado una guerra permanente que ha costado billones de dólares en las últimas dos décadas han invertido mucho en el control de la narrativa pública. El enemigo, ya sea Saddam Hussein o Vladimir Putin, es siempre el epítome del mal, el nuevo Hitler. Los que apoyamos son siempre heroicos defensores de la libertad y la democracia. Cualquiera que cuestione la rectitud de la causa es acusado de ser un agente de una potencia extranjera y un traidor.
Los medios de comunicación difunden con desprecio estos absurdos binarios en ciclos de noticias de 24 horas. Sus expertos y celebridades de las noticias, que provienen universalmente de la comunidad de inteligencia y del ejército, rara vez se desvían del guión aprobado. Día y noche, los tambores de guerra no dejan de sonar. Su objetivo: mantener el flujo de miles de millones de dólares en manos de la industria bélica y evitar que el público haga preguntas inconvenientes.
Ante este bombardeo, no se permite la disidencia. CBS News cedió a las presiones y se retractó de su documental en el que denunciaba que sólo el 30% de las armas enviadas a Ucrania llegaban al frente, y el resto se desviaba hacia el mercado negro, un hallazgo sobre el que informó por separado la periodista estadounidense Lindsey Snell. La CNN ha reconocido que no hay supervisión de las armas una vez que llegan a Ucrania, considerado desde hace tiempo el país más corrupto de Europa. Según una encuesta realizada por Ernst & Young en 2018 a ejecutivos responsables de la lucha contra el fraude, Ucrania se situó como la novena nación más corrupta de las 53 encuestadas. "
#1 "Hay pocas razones ostensibles para censurar a los críticos de la guerra en Ucrania. Estados Unidos no está en guerra con Rusia. No hay tropas estadounidenses luchando en Ucrania. Las críticas a la guerra en Ucrania no ponen en peligro nuestra seguridad nacional. No hay lazos culturales e históricos de larga duración con Ucrania, como los hay con Gran Bretaña. Pero si la guerra permanente, con un apoyo público potencialmente tenue, es el objetivo principal, la censura tiene sentido.
La guerra es el principal negocio del imperio estadounidense y la base de la economía de Estados Unidos. Los dos partidos políticos gobernantes perpetúan servilmente la guerra permanente, al igual que los programas de austeridad, los acuerdos comerciales, el virtual boicot fiscal a las corporaciones y a los ricos, la vigilancia gubernamental al por mayor, la militarización de la policía y el mantenimiento del mayor sistema penitenciario del mundo. Se inclinan ante los dictados de los militaristas, que han creado un Estado dentro del Estado. Este militarismo, como escribe Seymour Melman en The Permanent War Economy: American Capitalism in Decline, "es fundamentalmente contradictorio con la formación de una nueva economía política basada en la democracia, en lugar de la jerarquía, en el lugar de trabajo y en el resto de la sociedad."
"La idea de que la economía de guerra trae prosperidad se ha convertido en algo más que una ilusión estadounidense", escribe Melman. "Cuando se convierte, como ha sido, en una ideología que justifica la militarización de la sociedad y el envilecimiento moral, como en Vietnam, entonces la reevaluación crítica de esa ilusión es una cuestión urgente. Es una responsabilidad primordial de las personas reflexivas y comprometidas con los valores humanos afrontar y responder a la perspectiva de que el deterioro de la economía y la sociedad estadounidenses, debido a los estragos de la economía de guerra, puede llegar a ser irreversible".
Si se quiere detener la guerra permanente, como escribe Melman, hay que acabar con el control ideológico de la industria bélica. Hay que acabar con la financiación de los políticos, los centros de investigación y los grupos de reflexión por parte de la industria bélica, así como con su dominio de los monopolios mediáticos. El público debe ser consciente, escribe Melman, de cómo el gobierno federal "se sostiene como la dirección del mayor imperio industrial corporativo del mundo; cómo la economía de guerra se organiza y opera en paralelo con el poder político centralizado - a menudo contradiciendo las leyes del Congreso y la propia Constitución; cómo la dirección de la economía de guerra convierte el sentimiento pro-paz de la población en mayorías pro-militaristas en el Congreso; cómo se manipula la ideología y el miedo a la pérdida de puestos de trabajo para conseguir el apoyo del Congreso y del público en general a la economía de guerra; cómo la dirección de la economía de guerra utiliza su poder para impedir la planificación de una conversión ordenada a una economía de paz. "
El militarismo desenfrenado y sin control, como señala el historiador Arnold Toynbee, "ha sido, con mucho, la causa más común del desmoronamiento de las civilizaciones". "
#2 Este colapso se acelera por la rígida estandarización y uniformidad del discurso público. La manipulación de la opinión pública, lo que Walter Lippman llama "la fabricación del consentimiento", es imperativa mientras los militaristas destripan los programas sociales; dejan que la infraestructura de la nación se desmorone; se niegan a aumentar el salario mínimo; sostienen un sistema de salud inepto y mercenario con fines de lucro que provocó el 25 por ciento de las muertes globales de Covid -aunque somos menos del 5 por ciento de la población mundial- para engullir al público; llevan a cabo la desindustrialización; no hacen nada para frenar el comportamiento depredador de los bancos y las corporaciones ni invierten en programas sustanciales para combatir la crisis climática.
Los críticos, ya excluidos de los medios de comunicación corporativos, son implacablemente atacados, desacreditados y silenciados por decir una verdad que amenaza la quietud del público mientras el Tesoro de Estados Unidos es saqueado por la industria de la guerra y la nación destripada.
Puedes ver mi discusión con Matt Taibbi sobre la podredumbre que infecta el periodismo aquí y aquí.
La industria bélica, endiosada por los medios de comunicación de masas, incluida la industria del entretenimiento, nunca rinde cuentas por los fiascos militares, los sobrecostes, los sistemas de armamento inútiles y el despilfarro. No importa cuántos desastres -desde Vietnam hasta Afganistán- orquesten, reciben cantidades cada vez mayores de fondos federales, casi la mitad de todo el gasto discrecional del gobierno. La monopolización del capital por parte de los militares ha hecho que la deuda de Estados Unidos supere los 30 billones de dólares, 6 billones más que el PIB de Estados Unidos, que es de 24 billones. El servicio de esta deuda cuesta 300.000 millones de dólares al año. Gastamos más en el ejército, 813.000 millones de dólares para el año fiscal 2023, que los siguientes nueve países, incluidos China y Rusia, juntos.
Una organización como NewsGuard, que ha estado clasificando lo que dice que son sitios confiables y no confiables en base a su información sobre Ucrania, es una de las muchas herramientas de adoctrinamiento de la industria de la guerra. Los sitios que plantean lo que se considera afirmaciones "falsas" sobre Ucrania, incluyendo que hubo un golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en 2014 y que las fuerzas neonazis forman parte de la estructura militar y de poder de Ucrania, son etiquetados como poco fiables. Consortium News, Daily Kos, Mint Press y Grayzone han recibido una etiqueta de advertencia roja. Los sitios que no plantean estas cuestiones, como la CNN, reciben la calificación "verde" de verdad y credibilidad. (NewsGuard, tras ser muy criticado por dar a Fox News una calificación verde de aprobación en julio, revisó su calificación para Fox News y MSNBC, dándoles etiquetas rojas).
#4 Las calificaciones son arbitrarias. The Daily Caller, que publicó fotos falsas de Alexandria Ocasio-Cortez desnuda, recibió una calificación verde, junto con un medio de comunicación que pertenece y es operado por The Heritage Foundation. NewsGuard da a WikiLeaks una etiqueta roja por "no publicar retractaciones" a pesar de admitir que toda la información que WikiLeaks ha publicado hasta ahora es exacta. Lo que WikiLeaks debía retractarse sigue siendo un misterio. The New York Times y The Washington Post, que compartieron un Pulitzer en 2018 por informar de que Donald Trump se confabuló con Vladimir Putin para ayudar a influir en las elecciones de 2016, una teoría de la conspiración que la investigación de Mueller implosionó, reciben una puntuación perfecta. Estas calificaciones no tratan de vetar el periodismo. Se trata de imponer la conformidad.
NewsGuard, creada en 2018, se "asocia" con el Departamento de Estado y el Pentágono, así como con empresas como Microsoft. Su consejo asesor incluye al ex director de la CIA y la NSA, el general Michael Hayden; el primer director de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Tom Ridge, y Anders Fogh Rasmussen, ex secretario general de la OTAN.
A los lectores que acuden regularmente a los sitios web seleccionados probablemente les importaría menos que estuvieran etiquetados con una etiqueta roja. Pero no se trata de eso. Se trata de calificar estos sitios para que cualquiera que tenga instalada una extensión de NewsGuard en sus dispositivos sea advertido de que no los visite. NewsGuard se está instalando en bibliotecas y escuelas y en los ordenadores de las tropas en activo. En los sitios seleccionados aparece una advertencia que dice: "Proceda con precaución: Este sitio web generalmente no mantiene los estándares básicos de precisión y responsabilidad".
Las calificaciones negativas ahuyentarán a los anunciantes, que es la intención. También es un paso muy corto desde la lista negra de estos sitios hasta la censura, como ocurrió cuando YouTube borró seis años de mi programa On Contact que se emitía en RT América y RT Internacional. Ningún programa era sobre Rusia. Y ninguno violaba las directrices de contenido impuestas por YouTube. Pero muchos sí examinaban los males del militarismo estadounidense.
En una exhaustiva refutación a NewsGuard, que vale la pena leer, Joe Lauria, el editor jefe de Consortium News, termina con esta observación:
Las acusaciones de NewsGuard contra Consortium News, que podrían limitar su número de lectores y su apoyo financiero, deben verse en el contexto de la manía bélica de Occidente sobre Ucrania, sobre la que se están suprimiendo las voces disidentes. Tres escritores de CN han sido expulsados de Twitter.
La cancelación de la cuenta de Consortium News por parte de PayPal es un intento evidente de desfinanciación por lo que es casi seguro que la empresa considera que CN violó sus restricciones de "proporcionar información falsa o engañosa". No se puede saber con un 100% de certeza porque PayPal se esconde detrás de sus razones, pero CN comercia con información y nada más.
CN no apoya a ningún bando en la guerra de Ucrania, sino que trata de examinar las causas del conflicto en su contexto histórico reciente, todas ellas blanqueadas desde los principales medios de comunicación occidentales.
Esas causas son: La expansión de la OTAN hacia el este a pesar de su promesa de no hacerlo; el golpe de Estado y la guerra de ocho años en Donbass contra los resistentes al golpe; la falta de aplicación de los Acuerdos de Minsk para poner fin a ese conflicto; y el rechazo frontal de las propuestas de tratados por parte de Moscú para crear una nueva arquitectura de seguridad en Europa que tenga en cuenta las preocupaciones de seguridad de Rusia.
Los historiadores que señalan las onerosas condiciones de Versalles impuestas a Alemania después de la Primera Guerra Mundial como causa del nazismo y de la Segunda Guerra Mundial no están excusando a la Alemania nazi ni son calumniados como sus defensores.
El frenético esfuerzo por acorralar a los espectadores y lectores en el abrazo de los medios de comunicación del establishment -sólo el 16 por ciento de los estadounidenses tiene mucha/bastante confianza en los periódicos y sólo el 11 por ciento tiene algún grado de confianza en las noticias de la televisión- es una señal de desesperación.
Como ilustra la persecución de Julian Assange, el estrangulamiento de la libertad de prensa es bipartidista. Este asalto a la verdad deja a la población desamparada. Alimenta las teorías conspirativas salvajes. Destroza la credibilidad de la clase dirigente. Da poder a los demagogos. Crea un desierto de información, en el que la verdad y la mentira son indistinguibles. Nos lleva a la tiranía. Esta censura sólo sirve a los intereses de los militaristas que, como recordó Karl Liebknecht a sus compatriotas alemanes en la Primera Guerra Mundial, son el enemigo interior.
Ya lo he puesto antes, pero lo voy a repetir porque aplica.
Bueno, si vemos el CV de EEUU últimamente:
- Intento de derrocar el régimen de Siria. Han llegado los rusos y han hecho correr a los aliados de USA con el rabo entre las piernas.
- El intento de poner la patita en el Caucaso de la mano de Saakashvili casi acaba en la caida de Tiflis.
- Se pone a tontear con Taiwán y los chinos la cerca militarmente (y la pueden ahogar económicamented fácilmente)
- Así por el cuerno de África, mucho "Black Hawk Down" en el cine pero pocos sobre el terreno ya.
- En Libia no están sacando el negocio que esperaban (aunque parte de la cosa es de los franceses)
- En Yemen sus aliados no se están cubriendo de gloria precisamente. Y son F-15E contra drones de Aliexpress.
- Irán se le está subiendo a las barbas,
- Retirada gloriosa de Afganistán.
- Su "guardían del Bósforo" le está saliendo un poco díscolo.
Aquí EEUU tiene que afianzar su poder y su prestigio, aunque eso cueste la vida hasta del último ucraniano.
'la guerra infinita ", este término lo acuñó Dick Cheney después del 11s. Se refería a engrasar de forma permanente la industria del armamento. Una forma de desviar dinero público a bolsillos privados
#6 Es más antiguo (lo acabo de buscar al ver tu comentario): https://en.wikipedia.org/wiki/Perpetual_war
#14 El artículo aporta respaldo sobre lo que afirma:
https://news.antiwar.com/2022/08/08/cbs-removes-documentary-on-ukraine-military-aid-after-pressure-from-ukrainian-government/
https://www.bitchute.com/embed/g5OgTXkzzLy9/
https://thegrayzone.com/2022/08/18/ukraine-veterans-us-aid-soldiers-war/
https://edition.cnn.com/2022/04/19/politics/us-weapons-ukraine-intelligence/index.html
Y todavía hay más enlaces sólo de ese párrafo. Tu solo aportas deducciones que te inventas, pajas mentales y descalificaciones. Las críticas me parecen genial pero lo tuyo es troleo puro. Al ignore.
In the face of this barrage, no dissent is permitted. CBS News caved to pressure and retracted its documentary which charged that only 30 percent of arms shipped to Ukraine were making it to the front lines, with the rest siphoned off to the black market, a finding that was separately reported upon by U.S. journalist Lindsey Snell. CNN has acknowledged there is no oversight of weapons once they arrive in Ukraine, long considered the most corrupt country in Europe. According to a poll of executives responsible for tackling fraud, completed by Ernst & Young in 2018, Ukraine was ranked the ninth-most corrupt nation from 53 surveyed.
CNN, CBS News y los periodistas americanos son unos putinejos.
La CBS se retractó porque la fuente del 30% les acusó de manipulación al publicar cómo actuales cifras desfasadas:
#7 Te avisé en otro meneo de que era una manipulación, callaste y aquí sigues difundiéndola.
cbs-retira-documental-sobre-ayuda-militar-ucrania-tras-presion/c025#c-25
La CBS retira el documental sobre la ayuda militar...
news.antiwar.comOtro lorito de Putin que va al ignore.
#7 ¿Vais a seguir con ese BULO por mucho mas?
#11 ¿Qué bulo? El artículo enlaza fuentes para esas afirmaciones.
#13 Afirmaciones sacadas de mis cojones. Usad el sentido común y las matemáticas básicas, en 6 meses los ucros han recibido mas armas que toda la guerra del golfo, si solo llegara el 30% al frente, el 70% restante bastaría para que las 3/4 partes de Europa estuviera en guerra con áfrica. Dejad de creer en cualquier estupidez que ya parecéis terraplanistas.
Un cordial saludo para ti tambien. GPS
Que bueno es vladi que nos lleva de excursión^
¿Esto se aplica también a Rusia o sus guerras no cuentan?