Alan Turing y John von Neumann propusieron que la vida, en su esencia, podría ser una forma de computación, con el ADN actuando como un programa que instruye los procesos biológicos. Aunque la computación biológica difiere de la computación digital al ser masivamente paralela, descentralizada y ruidosa, comparte principios fundamentales. Turing y von Neumann vislumbraron formas alternativas de computación, como los autómatas celulares y las redes neuronales, que imitan la naturaleza distribuida y paralela de los sistemas vivos