Los usuarios de ChatGPT deberían pensárselo dos veces antes de recurrir a su aplicación de IA para terapia u otro tipo de apoyo emocional. Según Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la industria de la IA aún no ha descubierto cómo proteger la privacidad del usuario en estas conversaciones tan delicadas, ya que no existe confidencialidad médico-paciente cuando el doctor es una IA. El ejecutivo hizo estos comentarios en un episodio reciente del podcast de Theo Von.