La clave está en una versión modificada de la proteína E2F4, que actúa como “centro de emergencias celular” y devuelve al cerebro su capacidad para mantener la memoria. Junto a Ángel Lucio Pereira, asesor estratégico de la compañía, ambos desgranan los detalles de este avance que se probará en humanos en 2026. ¿El objetivo? Tratar a personas con alzhéimer en fases moderadas o avanzadas y, si todo va bien, abrir la puerta a otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, el glaucoma o incluso al envejecimiento cerebral.