La imaginación espacial soviética nos llevó a la Luna, asumiendo la exploración del cosmos como un componente central de la transición desde la «prehistoria de la sociedad humana» hacia el comunismo. En lugar de ceder el legado utópico de los viajes espaciales a personajes como Elon Musk, mientras se ofrece una justificación neoliberal sobre la «austeridad» para tal rechazo, los izquierdistas deberían abrazar plenamente el viejo sueño de la modernidad. El espectro del comunismo, en forma interestelar, recorre este llamado.