El doctor en Historia Moderna Alberto Angulo resalta que una gran parte de los descendientes de los emigrantes de la diáspora han ido perdiendo el ámbito cultural e idiomático en el que siguen viviendo sus abuelos. "Los porcentajes son bastante claros", asegura. En torno al 90% de los emigrantes de primera generación mantienen el euskera, mientras que ahora tan sólo el 10% de sus nietos lo hablan.
«Me encanta el País Vasco y si no fuera por la leche fría (?) y el pescado me haría de allí». Así de espontáneo se mostró el martes Bill Clinton en el 949 del Valencia Street de San Francisco, donde se encuentra la Euskal Etxea de la ciudad norteamericana. Quería ensalzar a John Garamendi, nieto de un pastor euskaldun que en su día emigró a América en busca de una vida mejor, hoy vicegobernador de California, y aspirante a lograr un escaño -libre desde que Ellen Tauscher lo abandonó para irse al Gabinete de Barack Obama- a principios de noviembre en el Congreso de los Estados Unidos.
En sus 25 minutos de discurso el ex presidente de EE UU recordó la visita que hizo con su mujer a Euskadi hace la friolera de 34 años. «Hillary y yo recorrimos toda la zona de pueblo en pueblo. Lo pasamos realmente bien». Sin perder detalle del anecdotario, les escuchaban unas 400 personas. Sesenta, socios del centro vasco, y las 340 restantes, seguidores del candidato demócrata. Los agentes secretos que desde primera hora de la mañana vigilaron la zona no cuentan. Sus 'discretas' gafas de sol negras y los entallados trajes a medida tan típicos de las películas americanas ponían en evidencia que no estaban allí para oír ningún mitin.
(...) Xabier Perruarena, ex presidente de la Euskal Etxea de San Francisco y actual socio del centro, relata a este periódico en un euskera con acento yanqui la «soltura» del político norteamericano delante de la 'feligresía'. «Es un gran orador. Ha llegado una hora después que todos los demás -a las cuatro de la tarde, hora local, ya en la madrugada española-, y ha soltado un discurso con muchísimo contenido. Después de 25 minutos de charla, ha conversado con la gente que estaba allí, se ha sacado fotos y después se ha marchado al aeropuerto. Tiene un don».
Peruarrena explica con entusiasmo que la decisión de que el mitin se hiciera en la Euskal Etxea fue del propio ex presidente. «Tenían la posibilidad de hacerlo aquí o en algún hotel de la zona, pero fue él quien prefirió venir a nuestro centro. Debe de estar harto de dar charlas en hoteles. ¡Y qué mejor oportunidad para venir a una Euskal Etxea!». Bill Clinton: "Me haría vasco"
#3, que sí, solo digo que lo de adaptarnos al medio renunciando a nuestra herencia socio-cultural es un proceso largo y que solo llevamos a cabo cuando no tenemos más remedio.
Obviamente, si soy el único vasco de Sheronville, North Carolina, pues a diluirse tocan. Si conmigo se han venido 2 millones de vascos más, montamos un frontón, una escuela de aurresku, un Batzoki y a vivir la vida.
#1, depende. En el típico fenómeno de diáspora, los individuos emigrados se diluyen rápidamente en las sociedades de acogida, pues su peso específico es insignificante. Otros fenómenos migratorios masivos, sin embargo, evolucionan en guetos o incluso acaban alterando sustantivamente la sociedad que los acoge. Como ejemplo de gueto podríamos citar a la inmigración de origen chino y como ejemplo de alteración de la sociedad de acogida la masiva inmigración recibida en Catalunya de gente del sur.
Ya, #2, pero como tu bien indicas, el peso específico de la población emigrada desde el país vasco difícilmente es equiparable al éxodo masivo que sufrieron andalucía y extremadura durante los 50, 60 y 70.
Comentarios
Un caso reciente lo leímos hace poco en meneamé:
«Me encanta el País Vasco y si no fuera por la leche fría (?) y el pescado me haría de allí». Así de espontáneo se mostró el martes Bill Clinton en el 949 del Valencia Street de San Francisco, donde se encuentra la Euskal Etxea de la ciudad norteamericana. Quería ensalzar a John Garamendi, nieto de un pastor euskaldun que en su día emigró a América en busca de una vida mejor, hoy vicegobernador de California, y aspirante a lograr un escaño -libre desde que Ellen Tauscher lo abandonó para irse al Gabinete de Barack Obama- a principios de noviembre en el Congreso de los Estados Unidos.
En sus 25 minutos de discurso el ex presidente de EE UU recordó la visita que hizo con su mujer a Euskadi hace la friolera de 34 años. «Hillary y yo recorrimos toda la zona de pueblo en pueblo. Lo pasamos realmente bien». Sin perder detalle del anecdotario, les escuchaban unas 400 personas. Sesenta, socios del centro vasco, y las 340 restantes, seguidores del candidato demócrata. Los agentes secretos que desde primera hora de la mañana vigilaron la zona no cuentan. Sus 'discretas' gafas de sol negras y los entallados trajes a medida tan típicos de las películas americanas ponían en evidencia que no estaban allí para oír ningún mitin.
(...) Xabier Perruarena, ex presidente de la Euskal Etxea de San Francisco y actual socio del centro, relata a este periódico en un euskera con acento yanqui la «soltura» del político norteamericano delante de la 'feligresía'. «Es un gran orador. Ha llegado una hora después que todos los demás -a las cuatro de la tarde, hora local, ya en la madrugada española-, y ha soltado un discurso con muchísimo contenido. Después de 25 minutos de charla, ha conversado con la gente que estaba allí, se ha sacado fotos y después se ha marchado al aeropuerto. Tiene un don».
Peruarrena explica con entusiasmo que la decisión de que el mitin se hiciera en la Euskal Etxea fue del propio ex presidente. «Tenían la posibilidad de hacerlo aquí o en algún hotel de la zona, pero fue él quien prefirió venir a nuestro centro. Debe de estar harto de dar charlas en hoteles. ¡Y qué mejor oportunidad para venir a una Euskal Etxea!».
Bill Clinton: "Me haría vasco"
Bill Clinton: "Me haría vasco"
elcorreodigital.com#3, que sí, solo digo que lo de adaptarnos al medio renunciando a nuestra herencia socio-cultural es un proceso largo y que solo llevamos a cabo cuando no tenemos más remedio.
Obviamente, si soy el único vasco de Sheronville, North Carolina, pues a diluirse tocan. Si conmigo se han venido 2 millones de vascos más, montamos un frontón, una escuela de aurresku, un Batzoki y a vivir la vida.
Bueno, es lo que tienes cuando te vas de tu tierra. Que igual tú no lo haces, pero tu descendencia se adapta al medio.
#1, depende. En el típico fenómeno de diáspora, los individuos emigrados se diluyen rápidamente en las sociedades de acogida, pues su peso específico es insignificante. Otros fenómenos migratorios masivos, sin embargo, evolucionan en guetos o incluso acaban alterando sustantivamente la sociedad que los acoge. Como ejemplo de gueto podríamos citar a la inmigración de origen chino y como ejemplo de alteración de la sociedad de acogida la masiva inmigración recibida en Catalunya de gente del sur.
Ya, #2, pero como tu bien indicas, el peso específico de la población emigrada desde el país vasco difícilmente es equiparable al éxodo masivo que sufrieron andalucía y extremadura durante los 50, 60 y 70.
#2 http://www.elkocva.com/basquefestival.shtml
http://www.boiseonlinemall.com/stores/boise-basque-festival.php
http://www.eitb.com/en/basques-in-boise/
¡Y lo triste que es la vida sin nadie que comparta la afición al chuletón de kg y un buen txakolí!
#5 Es mucho peor sin un centollo del cantabrico y una caja de sidra.