Hace 14 años | Por pepevaz a elpais.com
Publicado hace 14 años por pepevaz a elpais.com

Abuso sexual masivo de niños y adolescentes por parte de clérigos católicos desde Estados Unidos hasta Alemania, pasando por Irlanda: se trata de una enorme pérdida de imagen por parte de la Iglesia católica, pero también es una revelación de la profunda crisis por la que atraviesa.El celibato obligatorio es el principal motivo de la catastrófica carencia de sacerdotes, de la trascendente negligencia de la celebración de la Eucaristía y, en muchos lugares, del colapso de la asistencia espiritual personal.

Comentarios

D

De todas formas, abusar de niños no creo que sea una consecuencia del celibato obligatorio, porque los curas, para "aliviarse" de esta carencia, podrían haberse saltado las normas (aunque fuese a escondidas, igual que lo han hecho con el abuso de menores) y haber recurrido a prostitutas/prostitutos o algo así.

Parece que se está justificando, en cierta forma, el delito, diciendo que, claro, como no les dejan casarse y follar, pues tienen que abusar de niños. Pues no, miré usted, la pederastia no tiene justificación ninguna, ni siquiera con la excusa del celibato.

D

#3 Yo creo que el problema está en la carencia de vocaciones por la que en los seminarios están metiendo mucha mierda para dentro.

Cuando la Iglesia se podia permitir el lujo de elegir a sus curas entre miles de candidatos, como las oposiciones, no creo que hubiese este problema.De hecho antiguamente había curas muy buenos oradores y muy inteligentes.

Pero ahora ,el perfil psicológico del que entra en el seminario es parecido al de los pederastas: gente con muy poca autoestima,débil,que no sabe controlar sus impulsos,etc

kona-kona

#4 Dudo mucho que los abusos sexuales a niños cometidos por los curas sea algo novedoso. ¿O es que acaso consideras que en los años 50 o 60 (ya se comentían estos abusos), los curas de aquella época lo eran pero no por vocación o por falta de aspirantes?

Por desgracia la pederastia, no es algo de este siglo ni mucho menos, sólo que ahora los que lo padecen se atreven a denunciarlo, y sale a la luz.

D

#4 Estoy harto de desmontar la falacia de la poca vocación. Hay una cantera enooooorme de seminaristas en Sudamérica, África, Filipinas, o India.
Y no os volvais locos, esto pasa porque a) Hay historicamente un gran contacto de curas con niños, en colegios, catequesis, monaguillos y tod eso, y b) nadie se ha puesto serio con el tema y ha castigado duramente a los que cometian los abusos.

Gaeddal

¿Hans Küng? ¿Esta no fue al que expulsó Juan Pablo II por negar la infalibilidad papal? ¡Santo súbito!

Aunque para santos, tenemos a Teresa de Calcuta, diciendo que el SIDA es el justo castigo de los homosexuales.

#4 Yo creo que deben seguir como hasta ahora, derechitos a la extinción. Qué irónico. Al final no será un rojo, un ateo o un masón quien les destruya.

D

#3 Puede que muchos recurran también a eso. Lo que ocurre es que de eso no tienes por qué enterarte. La iglesia católica no va a estar por la labor de contártelo, desde luego el mismo cura dudo que lo haga. Si terminamos porque no es delito, ¿quién te lo va a contar?

Además está la cuestión monetaria en las castas más bajas en la iglesia (que no sé si podrán permitir todos los fines de semana una prostituta). Por supuesto que los altos cargos tendrán a más de una "subvencionada" durante largo tiempo.

g

Sin ánimo de defender a los curas, pregunto: ¿el porcentaje de sacerdotes pederastas es superior a la media de una sociedad moderna?

¿Cuantos padres abusan de sus hijos? Quizás la pederastia del clero únicamente es diferente por que el que realiza tocamientos no es de la familia.

Según algún psicólogo de renombre (por ejemplo Alice Miller) el porcentaje de abuso sexual en la propia familia puede ser altísimo, pero el número de denuncias es ínfimo por diversos motivos (entre otros, que la sociedad es más permisiva si es la propia familia quien practica los abusos).

Por otra parte, lo del celibato es anacrónico en estos tiempos.

p

#1 Sí, pero este es un artículo de Hans Küng, quizás el Teólogo más conocido del mundo y gran rival de Ratzinger. Como siempre, se moja.