Ella fue la única mujer que el pintor modernista Klimt pintó más de una vez. La primera, en 1903, en un retrato que le llevó cuatro años y decenas de lienzos preparatorios. Pero ella no quedó satisfecha y le solicitó una nueva versión, una obra que hoy es la sexta más cara de la historia. El pasado noviembre pagaron por ella casi 88 millones de dólares.