Los mormones han regalado a Kevin Rudd, el primer ministro de Australia, su genealogía y la historia de su familia. Así se ha sabido que es descendiente de ladrones y falsificadores. Gracias a esta noticia podemos ver por qué poca cosa podía uno ser condenado a muerte o a cadena perpétua en la Inglaterra del siglo XVIII.
Corríjanme si me equivoco pero, ¿no descienden todos los australianos “de pura cepa” de criminales? Al fin y al cabo la isla fue el destino de deportación de criminales por excelencia del Imperio Británico.
Comentarios
Corríjanme si me equivoco pero, ¿no descienden todos los australianos “de pura cepa” de criminales? Al fin y al cabo la isla fue el destino de deportación de criminales por excelencia del Imperio Británico.
No hombre, todos no. Pero sí que había cárceles muy grandes, sobre todo en Sydney y Tasmania. Digamos que unos cuantos
#2 Bueno, sí, claro, excepto los pobres aborígenes