Cuando llegué a Tetuán, en 1992, una de las primeras personas que conocí (un español, tetuaní de de adopción desde los años 40) me decía: “Esto cualquier día estalla”. Y justificaba la frase con este argumento: “El día que todos estos niños y jóvenes crezcan y se encuentren sin trabajo, ¿qué va a ser de ellos?”
|
etiquetas: sidi ifni , marruceos