No hubo una imagen que sobresaliera sobre el resto. "Este año no me desnudo, tranquilos", aseguró el mismo accionista que el año pasado se quedó en calzoncillos para solicitar la devolución de su inversión en preferentes. El control del tiempo de las intervenciones fue tan severo como el enorme despliegue policial en los alrededores del Palacio de Congresos de Valencia, preludio del ejército de vigilantes de seguridad colocados en su interior. La experiencia del año anterior, la maratoniana Junta de casi siete horas, con decenas de preferentist
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