En paradero desconocido, como si se lo hubiera tragado la tierra. Así se encuentra la ley que permitirá a los padres y cuidadores subir al autobús con los carritos de bebé desplegados.La Asamblea de Madrid la aprobó en septiembre y, en teoría, debería haber entrado en vigor el 1 de enero.Pero la realidad es bien distinta y los conductores todavía pueden negarse a que las sillitas suban desplegadas.
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