Hace 15 años | Por repapaz a lemonde.fr
Publicado hace 15 años por repapaz a lemonde.fr

Llamaba la atención el pasado sábado en la Opera de París el ajetreo de melómanos japoneses. O de patriotas. Los había convocado el concierto de Seiji Ozawa, cuya grandeza, inversamente proporcional al tamaño de monje ascético, se percibe porque sabe leer entre líneas y porque ha renunciado al símbolo autoritario, falocrático y astifino de la batuta.Traducción: http://tinyurl.com/bm7c7p Vía: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/10/blogdepecho/1234256955.html

Comentarios

D

Si hombre, y el presidente de EEUU negro... Oh wait!!

repapaz

Seiji Ozawa dirige con las manos, como si consiguiera tocar físicamente la música y se deslizara entre sus dedos. Trasciende la partitura el maestro, rebusca en las profundidades. Ocurrió con la 'Primera sinfonía' de Anton Bruckner, menos religiosa que las posteriores obras del compositor austriaco, pero ya provista en su estructura y en su resonancia de un órgano catedralicio e invisible que Seiji Ozawa manejaba con hondura.

repapaz

#3 No es fácil de explicar (ni yo lo entiendo bien, pese a que me lo han explicado muchas veces). Va dando la entrada, salida, ritmo... a todos los instrumentos. Dicen que es mucho más difícil que tocar cualquier instrumento... Y lo dice gente que los toca, así que será cierto.

D

nunca entendi que hace un director de orquesta con todos esos aspavientos...seguro que es importante no lo dudo pero no lo entiendo...me hace alguein el favor?