"He hablado con el embajador Razov, me ha explicado que Rusia…". El miércoles pasado. Son las horas locas antes de la crisis del gobierno. Silvio Berlusconi coge el teléfono, antes de desaparecera a mediodía y no responder a su móvil durante al menos una hora. Llama a un par de sus ministros. Se pone en contacto con algunos de los diputados azzurros. Confía en varios peces gordos que han acudido a Villa Grande, donde tiene lugar la destitución de Mario Draghi. A todos, el Cavaliere les hace algunas críticas sobre los supuestos errores de…
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A todos, el Cavaliere les hace algunas críticas sobre los supuestos errores de política exterior del primer ministro que está a punto de torpedear. Y en un momento dado deja escapar una auténtica revelación: "He hablado con el embajador ruso en Italia, Razov. Me explicó sus razones, lo que hizo Zelensky'. Más: "Me dijo que fue Ucrania quien causó 20.000 bajas en las zonas en disputa. Y que la invasión era necesaria porque el riesgo era que Ucrania atacara a Rusia".
Aparte de la enormidad de la tesis, que desvirtúa todos los acontecimientos recientes de la crisis ucraniana, el Cavaliere da a conocer algo que no se sabía: el líder de uno de los partidos mayoritarios que no votará por la confianza del Primer Ministro -él, sí, en una línea atlántica- ha estado en contacto con la terminal diplomática de Moscú en Italia. Es decir, con aquellos que en los niveles más altos brindarán por la desaparición del antiguo banquero.
Por otra parte, no es un misterio que Silvio Berlusconi es sensible a las razones de Moscú. Su relación con Putin es antigua, consolidada, cimentada en el pasado por el acuerdo de numerosos expedientes. Nada o casi nada ha cambiado desde el ataque de Moscú a Ucrania. Al 24 de febrero le siguieron días de silencio. Luego vino una postura inicial, moderada, contra la agresión. Finalmente, el Cavaliere volvió a defender las tesis del Zar. Según varias fuentes, el giro se produjo tras un primer contacto con los rusos. Y se materializó el 20 de mayo. En Nápoles, para un acto de Forza Italia, el ex premier criticó a la OTAN y relanzó: "Europa debe hacer una propuesta de paz intentando que los ucranianos acepten las exigencias de Putin. Enviar armas significa ser cobeligerante". En esas semanas la presión de la diplomacia estadounidense llegó a Gianni Letta para que entendiera la línea del Cavaliere. Pero dura poco. Berlusconi no se desvive por Kiev. Hasta la llamada telefónica con Razov, revelada por el propio líder.
La embajada rusa en Italia es también el canal a través del cual Salvini mantiene el contacto con Moscú. El teatro de las reuniones con Razov inmediatamente después del comienzo de la guerra. Según algunas indiscreciones, el líder de la Liga Norte ha vuelto a frecuentar la sede diplomática en las últimas semanas. Tres o cuatro veces entre finales de junio y finales de julio, como invitado de Razov o de su adjunto. El personal de Salvini, aunque afirma que se trata de conversaciones pasadas, asegura sin embargo que "los últimos contactos del secretario con la embajada se remontan a mayo". Repubblica también pidió un comentario a la embajada rusa, sin recibir respuesta. Fuentes de los servicios de inteligencia descartan, sin embargo, que haya habido un seguimiento de la labor de los parlamentarios o de los dirigentes políticos, hoy como en los últimos meses. Desde el punto de vista ruso, la cuestión es diferente: como demuestra el caso Biot, la embajada lleva tiempo funcionando como centro de contraespionaje. Para influir de alguna manera en los acontecimientos políticos nacionales.
Ciertamente, el diálogo entre Berlusconi, Salvini y la diplomacia rusa avergüenza a Giorgia Meloni. Ya en el punto de mira de la prensa internacional, debe intentar distinguirse de sus aliados. Y tranquilizar a la actual administración estadounidense, que tiene recuerdos de sus relaciones pasadas con Donald Trump. Seremos garantes inequívocos de la posición italiana", promete, "y de un apoyo absoluto a la heroica batalla del pueblo ucraniano".
Todas estas noticias se suman a lo publicado ayer por La Stampa sobre los contactos que el consejero de Salvini para las relaciones internacionales, Antonio Capuano, mantuvo los días 27 y 28 de mayo con Oleg Kostyukov, funcionario de la embajada rusa, en el momento en que el Carroccio y el 5S se oponían al envío de armas a Kiev. El funcionario habría preguntado si los ministros de la Lega Nord estaban dispuestos a dimitir. El líder de Carroccio respondió hablando de "fake news". El subsecretario encargado de los servicios, Franco Gabrielli, negó un papel de la inteligencia italiana en el asunto. Sin embargo, Enrico Letta y Luigi Di Maio denunciaron estas "inquietantes revelaciones". Y Fratelli d'Italia también ataca: "Hay que aclarar e investigar las cuestiones internacionales".
#2
"la invasión era necesaria porque el riesgo era que Ucrania atacara a Rusia".
Sí, claro, era lo más probable... eso o que Godzilla atacase San Petersburgo, las posibilidades estaban a la par.
#2 "Europa debe hacer una propuesta de paz intentando que los ucranianos acepten las exigencias de Putin. Enviar armas significa ser cobeligerante"
Interesante afirmación, ya que no dice que ambas partes se deben sentar y llegar a un acuerdo, si no que Ucrania, la invadida, debe aceptar las exigencias de Putin.
Las relaciones de Putin con la derecha y extrema derecha en Europa son bastante sonadas, recordando el caso de Austria donde un primer ministro dimitió. Pena que nuestro querido Abascal borrara sus fotos.
Es claro que Rusia en la medida que puede, ejerce presión, y si en primeras economías tiene tales lazos aún siendo distantes, en Ucrania, un país de segunda, con un ejercito semiprofesional hasta hace nada, con una economía dependiente de Rusia, con relaciones muy fuertes con Rusia, la presión de Rusia debía de ser muy fuerte.
¿Cuál es la noticia? ¿Que la escoria delincuente de Berlusconi se traga toda la mierda de toda la banda de criminales rusos?
Pues ya lo sabíamos.
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