La acería está acusada de producir el 93% de las partículas tóxicas en Italia y están investigando cientos de casos mortales y de cáncer que se la atribuyen. Por ello, el pasado 26 de julio la magistratura ordenó cerrar seis de los ocho altos hornos de la fábrica y desencadenó una auténtica guerra en Taranto. Los 11.000 empleados de Ilva, la mayor planta de fabricación de acero de Europa, junto con sus familias salieron a las calles y bloquearon las autopistas y las vías del tren al grito de "Prefiero morir de cáncer que de hambre".
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