La iniciativa consiste en canjear colillas por refrescos. Diez colillas suman un punto, y por cada diez puntos el quiosco regala un refresco. “El año pasado la playa estaba desbordada de basura. La idea de crear esta campaña es una manera de concienciar a la gente que viene a la playa que sólo tiene que dejar sus huellas, y no la basura” señala Matias. “Hoy por lo menos en esta zona de la playa no hay colillas, o si hay, hay muy pocas, no es como el año pasado y la intención era esa”.
Comentarios
Tirar la colilla a la arena, donde te tumbas, andas descalzo y juegan los niños es una guarrada.
#1 Pues 14,000 colillas recogidas demuestran lo que ya sabemos, somos unos guarros. Deberían poner multas, sólo así entendemos que hay cosas que no se deben hacer, a base de multas.
#2 Y si con las multas se pagan los refrescos pues todavía mejor.
#3 Por desgracia, si se multara a todo aquel que tira colillas a la playa, habría para que todo el mundo tuviera barra libre.
#4 Pues no se si sería una desgracia o un reclamo para que fuera más gente a la playa
#1 No es ningun secreto que somos unos cerdos, solo hay que ver como estan las aceras llenas de chicles o como acaba el suelo en cualquier evento que reuna mucha gente.
Soy fumador y me llevo un cenicero cada vez que voy a la playa, no es algo tan difícil, es más, si no tienes cenicero puedes utilizar una lata de refresco, el envase de un calipo con un poco de arena, etc ....
Que quien ensucia la playa es porque le da la gana.
Limpiar la playa a este señor le ha costado 56 euros, sentado desde su quiosco y encima promocionando sus ventas. Deberían aprender algunos políticos de lo que es una buena gestión.
Chapó!
Es que hay playas que parecen enormes ceniceros. La gente es como los gatos pero en guarro, en cuanto ven algo de arena, sea en la playa o en un solar en medio de la ciudad, tienden a echar sus desperdicios. Los gatos al menos los entierran.
Me parece una chorrada. Con esto lo que consiguen es que la gente venga con los ceniceros de casa llenos de collillas y tengan bebida gratis para pasar el día en la playa.
La solución, francotiradores. Un disparo en la pierna remueve conciencias.
Y de esa forma la playa se llenó de botellas de refresco vacías
Si lo canjearan por cerveza, tendríamos unas playas que ni en la polinesias, oiga