Hace 70 años, el carpintero Georg Elser fue fusilado en el campo de concentración de Dachau por su intento de asesinar a Hitler en Múnich recién empezada la guerra. En otoño de 1938, tras el Pacto de Múnich entre Hitler y Stalin, Elser llegó a la conclusión de que había que matar al Führer para evitar que Europa se hundiera en una guerra. En noviembre empezó a inspeccionar el sótano de la cervecería Bürgerbräu, donde la cúpula nazi celebraba una reunión anual para conmemorar el golpe de Estado fallido que había perpetrado allí Hitler en 1923
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