Tres Marines perteneciente al Tercer Batallón hablan en un puesto avanzado sobre la posibilidad a sobrevivir a un ataque con granadas de mano.El Segundo Brian Robinson cree que si un soldado se arroja sobre la granada sujetando su chaleco antibalas con los antebrazos, la placa de cerámica sería lo suficientemente fuerte para proteger los órganos vitales. El Cabo Dunham tenía otra idea. Un casco podría resistir la explosión. “Creo que el Kevlar podría neutralizarlo” dijo. La teoría se hizo real y Dunham dio su vida salvando la de sus compañeros.
|
etiquetas: irak , maine , dunham , guerra , historias