Con diez millones de muertos al año, China, el país más poblado del mundo, se enfrenta a una grave falta de espacio, sepulturas y madera, por lo que es el mercado idóneo para la venta de las primeras urnas cinerarias biodegradables, inventadas por españoles.
Comentarios
bah! los seres humanos somos biodegradables.
España, en socorro del comunismo. Aznar, levántate y anda, e impide eso!
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