A los productores no se les ocurrió mejor lugar para recrear el Antiguo Egipto que los muy british Estudios Pinewood, en el corazón de la City. La famosa niebla de El Cairo, ya se sabe. Así, entre chaparrones helados, decorados chorreando y extras con faldita romana exhalando vaho «como en un anuncio de Marlboro», el presupuesto se iba agrandando a la misma velocidad que el contorno de Liz Taylor, que mataba el rato devorando hamburguesas (borrachas de whisky).
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