Iba a ser toda una "ciudad para vivir", con 5.000 viviendas, servicios..., pero el estallido de la burbuja inmobiliaria sólo permitió crecer a un solitario edificio, rodeado de yermos en La Muela, en el noreste de España, como ocurrió en otras urbanizaciones que empiezan a poblarse poco a poco gracias a la caída de precios. La Muela es un ejemplo más de la construcción desaforada que durante una década vivió España y su posterior frenazo como demuestra que en 2006 se concedieran 734.000 licencias para nuevas viviendas, frente a las 91.509...
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