Dinero, éxito, popularidad… Wall Street parece que puede dárselo todo a cualquier joven con ambición, talento, ilusión y ganas de trabajar duro. Sin embargo, las Gran Manzana puede resultar una cárcel de oro y, de vez en cuando, alguno de sus habitantes para un instante para darse cuenta de esa realidad. Es entonces cuando suceden cosas tan inverosímiles como la historia de Rasanath Das, que siendo una incipiente estrella de los negocios en Nueva York, prefirió abandonarlo todo para convertirse en monje budista.
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