Jugar sin un mando (joystick o control de cualquier tipo) ahora significa jugar con todo el cuerpo. Kinect te observa, reconoce tu entorno y responde a tus movimientos. Si dentro del juego tienes que dar una patada, sólo debes realizar el movimiento y Kinect lanzará una patada por ti. Lo mismo sucede para saltar, caminar y otras acciones motrices que expulsaron a los jugadores del tradicional sofá. El jugador ahora es parte del juego, está dentro de él. Pero, ¿cómo es la anatomía de este sistema?
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