Hay desobediencias que salen muy caras. Entre ellas, la cometida la noche del martes por un conductor de 41 años que no tuvo reparos en subir a su vehículo instantes después de que una patrulla de la policía le recomendara que no lo hiciera al no estar en condiciones.
Curiosamente le pueden considerar el estar borracho como un agravante para el delito de conducción temeraria, pero como un atenuante para el delito de desobediencia a la autoridad.
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Curiosamente le pueden considerar el estar borracho como un agravante para el delito de conducción temeraria, pero como un atenuante para el delito de desobediencia a la autoridad.