La Señora Ministra de Cultura, pretende merendarse delante de la mirada pasiva de todos los españoles el casi imposible sistema de reforma constitucional para los artículos del Título I; un sistema que parecía todo un blindaje a los derechos y libertades fundamentales. Con ello se ha cargardo de un plumazo (o de varios telefonazos) las garantías constitucionales, dejando el concepto de "Soberanía popular" en un sinónimo de "Obediencia ciega a la voluntad de la embajada de los EEUU"
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