Bien, no es la forma más “bonita”, pero sí una de las más efectivas. Si queremos lanzar una aplicación como un demonio de UNIX podemos usar el comando nohup. Con este comando estaremos ignorando la señal HUP, de esta forma permitimos que el programa continúe su ejecución después de que el usuario que lanzó el comando abandone la sesión y por otro lado, almacenando la salida del programa (STDOUT) en un fichero texto. Así, si queremos saber qué está ocurriendo podemos leer el contenido del fichero nohup.out.
Comentarios
Ahora me lo decís, a buenas horas... yo ya había tallado el pentáculo en el parquet...
Nostalgia...
Pero... eso no es un demonio (daemon). hohup lo que hace es enganchar el proceso que le sigue en la línea de comandos, al proceso 1 (init). De esa forma escapa a la finalización de la sesión y del usuario que lo inició. Pero si bajamos la máquina, al volver a levantarla, ese proceso ya no está
Si tienes RHEL, tienes mejores maneras de hacerlo:
. /etc/init.d/functions
daemon --user=elquesea --pidfile=$PIDFILE $ejecutable
Supongo que sea haciendo un pentagrama, algo así:
....A
..VV
#3 Tienes que hacer un pentagrama no un patricio