A fecha de hoy, la verdad que se decanta de esas turbulencias mediáticas se podría resumir así: “la crisis es una maldición macroeconómica provocada por la burbuja del ladrillo que causaron bancos sin escrúpulos, la connivencia interesada de los políticos y en general todas nuestras fallas como país, y de la cual, según este gobierno, saldremos adelante con sus reformas, y según la oposición, no saldremos adelante con este gobierno”. Bien, la verdad no es exactamente esa; la crisis no es castigo bíblico de los mercados a nuestras culpas. Amplie
Comentarios
“Alemania no responde de las deudas de terceros países, porque es su única forma de forzar la integración y porque puede mantener la crisis en cauces controlados”.
Pues no lo creo, para mí que muchos alemanes se van a hacer de mucho dinero comprando deuda extranjera a altos porcentajes de interés...
Jesús es que era capitalista, eso lo sabe todo cristiano de bien.
Gracias, ya me quedo más tranquilo...