Pero por todopoderoso que se creyera el emperador, ni él ni nadie podrían haber aventurado, en aquel siglo II d.C. que cuatro de esas mismas columnas llegadas de Troya seguirían presidiendo –unos 1.900 años más tarde– la fachada principal del palacio de una institución llamada Generalitat de Catalunya, en Barcelona.
|
etiquetas: palau de la generalitat , cantero de troya