#1 A mi me pasó lo mismo kekobola. Este verano fui al Oceanografic, y las ví.
Me dió mucha pena el ver esas caritas arrimandose a los cristales, y sobre todo, verlas nadar en ese espacio que a mi me parece "reducidísimo".
Son preciosas.
Una de las visiones más tristes que recuerdo de mi vida fué la contemplación de una beluga en cautiverio.
Casi inmóvil, intentando mantenerse alejada del cristal donde los humanos le lanzábamos los flashes de nuestras cámaras, en aquél reducido y sombrío habitáculo.
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#1 A mi me pasó lo mismo kekobola. Este verano fui al Oceanografic, y las ví.
Me dió mucha pena el ver esas caritas arrimandose a los cristales, y sobre todo, verlas nadar en ese espacio que a mi me parece "reducidísimo".
Son preciosas.
Lo piensas y la verdad es que dá pena kekobola.
Una de las visiones más tristes que recuerdo de mi vida fué la contemplación de una beluga en cautiverio.
Casi inmóvil, intentando mantenerse alejada del cristal donde los humanos le lanzábamos los flashes de nuestras cámaras, en aquél reducido y sombrío habitáculo.