En España, la nueva reforma educativa planteada por el ministro José Ignacio Wert, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), se ha olvidado de la tecnología que desaparece del bachillerato y queda reducida a la marginalidad en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Paradójicamente uno de los objetivos de la reforma es mejorar la competencia tecnológica de la población. ¿Cómo hacerlo si se eliminan las materias de tecnología del sistema educativo? ¿Se puede educar en el siglo XXI olvidándose de la tecnología?
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